La Vendimia, además de ser la época de cosecha, es para Mendoza una expresión popular del sentimiento de amor, compromiso por el trabajo y riqueza colectiva que, poco a poco, ha ido traduciéndose en lo que hoy conocemos como la Fiesta Nacional de la Vendimia, una gran fiesta que año tras año asombra y atrae a personas de toda la provincia, el país y el mundo.
Se trata de una fiesta tradicional y popular donde se representan, entre otras cosas, los trabajos de cultivo y cosecha de vid, el respeto y cuidado de la naturaleza, el sacrificio de quienes cosechan ante las inclemencias meteorológicas y el proceso con que se produce el vino.
La Fiesta de la Vendimia se festeja desde 1936, tiene su origen y primeros antecedentes en la época de las grandes inmigraciones cuando, al finalizar los trabajos de cosecha y elaboración del vino, celebraban y agradecían las bondades de la naturaleza a través de bailes, cantos y la elección de una reina a la que terminaban por coronar con racimos de uva.
Según la Real Academia Española, vendimia (del lat. vindemĭa) se define como:
Recolección y cosecha de la uva.
Tiempo en que se hace.
Provecho o fruto abundante que se saca de algo.

Como verán, para Mendoza la vendimia es mucho más que un sustantivo, es una serie de festejos y fiestas que se realizan en diferentes departamentos y distritos y que comienzan a principio de año y culminan con la gran Fiesta Nacional de la Vendimia, evento lleno de baile, música, teatro, despliegue de luces, escenografía y vestuario.
Orígenes de la Fiesta de la Vendimia
En 1936, Mendoza creó una fiesta que se convirtió en el producto turístico-cultural insignia de la provincia, principal productora de vino de Argentina con el 70% de los viñedos y de las bodegas elaboradoras del país.
Durante la primera mitad del siglo XVII, comenzó a cultivarse la vid en Cuyo, para producir el vino para la misa. Junto a cada capilla, los conquistadores dispusieron un parral y un huerto. Ya por entonces, al finalizar la cosecha y la elaboración del vino, se festejaba con baile, canto y comidas y se elegía a la más linda de las mujeres, quien era coronada con hojas de vid y racimos de uva.
La primera Fiesta de la Vendimia se celebró el 11 de abril de 1913, cuando se realizó el Congreso de la Industria y el Comercio, que finalizó con un desfile de vendimiadores y de carrozas alegóricas. Pero no fue hasta el 18 de abril de 1936 que se instituyó la Fiesta de la Vendimia. Con el correr del tiempo, la celebración creció en producción, espectadores e importancia, hasta convertirse en una fiesta de proyección internacional que se desarrolla en un escenario único, como es el Teatro Griego Frank Romero Day.
La Fiesta de la Vendimia, una conjunción de música y danza, que cada año recrea una historia renovada sobre la cosecha, nuestra tierra y nuestra gente, es un espectáculo único en el mundo. Tanto turistas como mendocinos se deslumbran cada año con la magnificencia del escenario, las cajas lumínicas, las danzas, el vestuario, la música, los fuegos artificiales y la elección de la reina.

El origen de la Vendimia mendocina
Por Gustavo Capone, historiador
Dicen algunas crónicas españolas que el mentor de las fiestas vendimiales fue un tal Juan Adaro y Arracola (o Arrazola), allá por finales del siglo XVII, inspirado en aquellas viejas celebraciones clásicas de la tradición greco-romanas, donde los dioses Dionisio y Baco ocupaban el centro de las míticas celebraciones de la Edad Antigua. En la mitología clásica, Dioniso, hijo de Zeus, es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis. Fue también conocido por los romanos como Baco varios siglos antes del nacimiento de Cristo.
Más acá en el tiempo, y hacia 1800, se había instituido en Mendoza una celebración anual llamada “Fiesta de las chinas”, donde en galpones iluminados con candiles de grasa, inmigrantes y criollos al son de entretenidas guitarreadas y populares canciones (polcas, cuecas y gatos), presumían ante “las buenas mozas”, disputándose el favor de bailar una “pieza” musical con las bellas chinas, mientras bebían y honraban el vino nuevo. Dichas celebraciones siempre se realizaban en torno a la bodega local y tenían una directa relación con el espacio geográfico y productivo próximo de cada zona vitivinícola específica. No era una fiesta extendida (ni generalizada) a todos los ámbitos de la provincia y presentaba las particularidades e impronta de cada región en particular.
El origen de nuestra festividad (con magnitud provincial y diseñada por un ente convocante oficial) tiene como antecedente 1913, cuando Mendoza fue elegida sede del “Segundo Congreso nacional de la industria y el comercio”, siendo ese el eje aglutinante provincial y generalizador de la conmemoración. Así fue como, merced a la iniciativa del español José Trianez Díaz, se realizó por primera vez una fiesta central, fuera del ámbito de las hileras y parrales, donde los trabajadores celebraban el final de la cosecha para posteriormente elegir una joven entre todas las cosechadoras, que coronaban con racimos de uva siguiendo la tradición mediterránea.

18 de abril de 1936: votos para Godoy Cruz
Que política y fiestas van de la mano a nadie escapa. Lo cierto es que en 1936, el Decreto Provincial Nº 87 institucionalizó la primera fiesta vendimial para “exaltar a la uva, al vino y a la belleza de Mendoza”, gestada por el gobernador rivadaviense Guillermo G. Cano y su ministro de Industria y Obras Públicas, Frank Romero Day. La primera reina electa fue Delia Larrive Escudero, representante de Godoy Cruz, con 16 años. Delia era una auténtica vendimiadora, y sin saberlo quizás se convertirá en la iniciadora de la dinastía propia que llega, 90 años después, a las actuales reinas vendimiales.
El primer acto de aquella celebración vendimial se realizó el 18 de abril de 1936 en la rotonda del Parque General San Martín, donde asistieron más de diez mil personas. En esta celebración se escuchó la primera canción de vendimia, obra de Ernesto Fluixá e interpretada por la Banda de Música de la Policía de Mendoza y dirigida por Fidel María Blanco. Inmediatamente después tuvo lugar el paso de carrozas tiradas por bueyes en la rotonda del parque, simbolizando el pasado mendocino, mientras aviones de la Fuerza Aérea surcaban el aire. Por la tarde se realizó una exposición de los productos de Cuyo en todas las vidrieras de la Avenida San Martín. Ese 18 de abril por la noche, en el estadio del Club Gimnasia y Esgrima, del Parque General San Martín, se dio paso al espectáculo artístico y la elección de la primera reina, ante cincuenta mil personas. Al día siguiente tuvo lugar, en el Teatro Independencia, la velada de clausura de las festividades mendocinas, gestándose así la primera Vendimia de la historia provincial.

El otro lado de la Vendimia: un voto para Cano
También es oportuno decir que el gobernador Guillermo Gregorio Cano vislumbró otro hecho relevante con motivo de la elección de la fecha de celebración. El 18 de abril es el aniversario de Rivadavia y Santa Rosa. Y en ese día se cumplían 52 años desde que su padre Guillermo A. Cano asumiera como el primer “Intendente” de Rivadavia (por ese momento Subdelegado del Gobernador) en 1884.
La conjugación de ambas celebraciones permitió consolidar el poder político territorial de Cano, atando las inauguraciones trascendentes para la Zona Este con las ilustres visitas nacionales llegadas a Mendoza, entre las que se encontraba el Ministro de Agricultura nacional, Doctor Miguel Ángel Cárcano. Cano movilizó toda la comitiva oficial a Rivadavia para la apertura del vigente puente sobre el Río Tunuyán que unía el sur departamental rivadaviense con el camino hacia Mendoza y habilitó el asfalto de una gran extensión de kilómetros entre Mendoza, San Martín, Rivadavia y Santa Rosa, mérito de la reciente inaugurada Vialidad Provincial y de la propia gestión gubernamental. Era el tiempo donde empresarios como Gargantini, Catena, Titarelli, industrias radicadas en Rivadavia, y solo por nombrar algunos, reclamaban a gritos dicha solución. El mismo Cano, junto al Ministro Cárcano, la reciente soberana vendimial electa, Delia Larrive Escudero y la reina departamental de Rivadavia: Elena Fóscale (futura esposa de Félix Pesce Scarso) fueron los encargados de cortar la cinta inaugural. En el fondo, un voto para todos. Como ayer. Y como siempre.

Curiosidades
En 1936, año de la primera edición de la fiesta, se editó una estampilla provincial con la leyenda «BEBA VINO DE MENDOZA». Ese año se creó la Dirección de Turismo. Su primer director fue Ramón Corti Videla.
También en 1936 se estableció un premio de $1.000.000 para el autor de la canción vendimial que resultara ganadora. Como dijimos en la primera fiesta se escuchó la obra de Ernesto Fluixá e interpretada por la Banda de Música de la Polícia dirigida por Fidel María Blanco.
“Canto a Mendoza”, la popular y actual canción de vendimia se estrenó en 1946. Tiene letra de Guillermo y Horacio Pelay y la música de Egidio Pittaluga.
Hugo del Carril puso la voz en la primera grabación de la marcha, grabándose en los estudios discográficos Odeón de Buenos Aires con la orquesta de Francisco Canaro y la voz del cantante de tangos Alberto Arenas.
En la primera fiesta no participaron General Alvear ni San Rafael.
Desde la primera fiesta se estipuló que Ciudad no competía por el cetro vendimial. La primera representante citadina fue María de los Ángeles Orquín.
La primera reina de la Vendimia Provincial llegará del Este en 1937, siendo la representante de Junín, Elia Rico la bella consagrada.
La “Bendición de los frutos” se realizó por primera vez el 2 de abril de 1938 a cargo del monseñor José Verdaguer.
El “Carrusel” surgió en 1937. Por su parte la “Vía blanca de las reinas” apareció recién en 1940.
Otros eventos secundarios, como el toque de reja, se creó en 1939 gestado por el entonces gobernador provincial Rodolfo Corominas Segura.
Por otro lado, en 1946, se procedió a realizar la “Bendición de los frutos” en el Prado Gaucho del Parque General San Martín.
Mientras que, recién en el año 2006, se decidió empezar a recorrer, portando la imagen de la Virgen de la Carrodilla en una especie de peregrinación, los diferentes departamentos mendocinos que poseen cultivos de vid a fin de bendecir dichos frutos.
La repetición del “Acto central” tuvo su origen en 1948, cuando se produjo una igualdad entre los votos de la que sería reina ese año. Sumado a que eran horas de entrada la madrugada, el entonces gobernador mendocino Faustino Picallo resolvió repetir el evento al día siguiente donde la reina terminó siendo elegida por la suerte del bolillero.

Afiches de la Fiesta de la Vendimia
Los afiches han sido, desde 1936, la carta de presentación de la Fiesta Nacional de la Vendimia, reflejando su esencia y evolución a lo largo del tiempo. Más que simples piezas gráficas, estas imágenes han acompañado cada edición de la celebración, representando la cultura del vino, la labor de los trabajadores y la figura de la mujer vendimiadora, al tiempo que han capturado la identidad de Mendoza.
A través de distintos estilos artísticos y estéticas variadas, los afiches no solo han promocionado la Fiesta, sino que también han dejado testimonio visual de cada época. Aunque en ciertos periodos no se diseñaron afiches oficiales, su presencia ha sido fundamental para comunicar la esencia de esta celebración a los mendocinos, a los argentinos y a los turistas del mundo.



